El dedo que señala la luna no es la luna
¡Quiero la Luna!, ¡quiero la Luna! -insistió caprichosa la princesa.
Hija, pideme lo que quieras, pero no me exijas que te entregue la Luna.- le contestó el rey consternado.
¡Quiero la Luna!, ¡quiero la Luna! -continuó llorosa la princesa.
..... seguirá
0 comentarios